Liz Tapia presume limpieza en Zihuatanejo, mientras ella ensucia la ley laboral

La presidenta de Zihuatanejo, Lizette Tapia Castro, anda muy contenta regalando escobas y tomándose fotos con los trabajadores de limpieza. Ayer, en un evento lleno de aplaudidores de nómina, reconoció el esfuerzo de quienes “madrugan para mantener limpio el municipio”. Bonito discurso, sí, pero con una gran mancha: les paga menos del salario mínimo.

Sí, así como lo lee. Mientras la alcaldesa presume compromiso, sostenibilidad y eventos bien armados para lucirse en redes, los trabajadores que hacen posible esa “imagen limpia” reciben sueldos que violan la ley. No hubo mención de aumentos, ni de mejoras laborales, ni de contratos dignos. Solo sonrisas, escobas nuevas y palmaditas.

Los asistentes, en su mayoría obligados a estar ahí —porque si no, ya saben cómo se las gastan— tuvieron que aplaudir mientras se omitía lo esencial: los derechos laborales de quienes mantienen en pie a Zihuatanejo.

Porque no se trata solo de barrer las calles, señora presidenta, también hay que barrer la corrupción, la hipocresía y la simulación de su administración, que dice una cosa frente a las cámaras y hace otra en la nómina.

Mientras no haya salarios justos, cualquier evento es puro teatro. Y el pueblo ya no se traga el show.