Lavan cubetas de pintura en el arroyo de Ometepec

En pleno siglo XXI, cuando el cambio climático y la crisis ambiental son una realidad innegable, una escena lamentable ocurre a plena luz del día: trabajadores de una comercializadora de pinturas fueron captados lavando decenas de recipientes con restos químicos directamente en el arroyo de Talapa, en el municipio de Ometepec.

Lejos de mostrar preocupación por el daño que esto representa al medio ambiente y a la salud de la población, los empleados minimizaron la acción asegurando que “así lo hacen de por sí”, normalizando una práctica que contribuye directamente a la contaminación del agua y del suelo.

El hecho ha provocado indignación entre vecinos y activistas ambientales, quienes denuncian que no es la primera vez que este arroyo —uno de los pocos cuerpos de agua aún visibles en la zona urbana— es utilizado como basurero químico por particulares o empresas irresponsables.

Organizaciones civiles exigen la intervención inmediata de las autoridades municipales y de la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de Guerrero, ya que permitir este tipo de prácticas no solo atenta contra el entorno natural, sino que pone en riesgo a las comunidades que aún dependen de ese cauce para actividades cotidianas.

Mientras el discurso oficial habla de sostenibilidad y protección ecológica, en la práctica seguimos viendo impunidad y desprecio por lo poco que nos queda. La pregunta es: ¿hasta cuándo?